Toma de decisiones – La Planificación
En los negocios y en la vida personal siempre tenemos que tomar decisiones. Hay pequeñas decisiones cotidianas que no afectan mayormente en un sentido o en otro la marcha de nuestros asuntos. Y hay grandes decisiones que implican una inversión sustancial.
¿Cómo saber cuál es la decisión adecuada? La que traerá el éxito. La que, por mal cálculo, no nos lleve a un seguro fracaso.
A veces, simplemente, no se puede saber. Pero lo que sí se puede saber es cómo nos sentiríamos si no decidiéramos hacer algo que, de resultar, nos beneficiaría enormemente.
¡Nos arrepentiríamos toda la vida de no haberlo decidido!
“Cuando piensas en las cosas de las que te arrepentirás cuando tengas 80 años, casi siempre son cosas que no hiciste. Son actos de omisión. Muy rara vez te arrepentirás de algo que hiciste que falló y no funcionó o lo que sea". - Jeff Bezos - |
Es importante estar alerta a no caer en una mala utilización de este marco. No se trata de usarlo para justificar caprichos o situaciones en las que, con una reflexión mayor, advertimos un peligro de pérdida o fracaso.
Tampoco de usarlo para decidir sobre algo confuso o acerca de lo que carecemos de suficiente información.
Hay que esforzarse también para que nuestra decisión tenga éxito, sirviéndonos de todos nuestros conocimientos y capacidades. Eliminando los riesgos tanto cuánto sea posible.
Para ello la planificación financiera es vital, toda vez que implica el desarrollo de un conjunto de estrategias y planes para manejar y administrar los recursos monetarios y así evitar tomar malas decisiones.
El objetivo es maximizar la eficiencia en la gestión y minimizar los riesgos, garantizando la seguridad y el crecimiento de los recursos a largo plazo.
Pasos:
- Establecer metas y objetivos financieros a largo plazo.
- Evaluar los recursos y capacidades disponibles.
- Elaborar un presupuesto.
- Crear un plan de inversiones.
- Identificar oportunidades de ahorro.
- Elaborar un plan de contingencia para situaciones imprevistas.
- Revisar y ajustar periódicamente el plan financiero en función de los cambios en las condiciones económicas y personales.